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7. Tercer Nivel de Análisis

Dentro de un marco de análisis de la situación a nivel global es de suma importancia identificar aquellos elementos que suponen una traba directa al incremento del empleo y de la movilidad de trabajadores en el territorio transfronterizo. Los obstáculos más significativos que han detectado los expertos entrevistados en relación a esta cuestión serían los que señalamos a continuación, pero la gran mayoría de ellos son, a opinión de estas personas, también fácilmente superables siempre que exista el firme propósito de lograrlo.
La mayor parte de los problemas que se generan en el campo de empleo tienen que ver con la temporalidad y precariedad de muchos de los trabajos desempeñados por los trabajadores transfronterizos (fundamentalmente portugueses) y con el profundo desconocimiento que tienen la mayoría de estos trabajadores tanto de la legislación del estado donde desarrollan su actividad como de sus derechos fundamentales. Son pues estos unos obstáculos que perjudican a aquellos que están trabajando a la vez que deceleran la llegada de nuevos trabajadores. Si estos puestos de trabajo fueran un poco más estables la integración tanto en el equipo de trabajo como a nivel social sería más completa y se eliminarían situaciones de desconfianza.
Un obstáculo a la generación de empleo estable y de calidad en los municipios transfronterizos es la importancia que todavía tiene en estos lugares el porcentaje de trabajo sumergido. Es por ello por lo que se considera necesario que se apliquen eficaces medidas de control para acabar con esta situación que da lugar a que las condiciones de trabajo sean muy inferiores a lo que sería habitual, y que dificulta la creación de puestos de trabajo legales en este espacio.
Un obstáculo a la libre circulación y legalización de estos trabajadores, sería la coordinación administrativa entre Administraciones Públicas, que permitiese ofertar dicho empleo sumergido y dotarlo de las garantías y derechos que la legislación laboral establece en ambos estados.
En relación con esto los expertos aprecian también una importante carencia en el hecho de que no existan estudios serios de donde se puedan extraer datos cuantificables sobre porcentajes de trabajadores ilegales en el espacio transfronterizo, pues para tratar de reducir esta situación es necesario conocer de manera fiable su verdadera magnitud. Junto a esto otro de los problemas en relación con la generación de empleo estaría, a juicio de los expertos, en la falta de estudios de análisis de mercado que aborden la situación en la zona transfronteriza, lo que provoca un cierto desconocimiento en relación a los sectores que están en auge y en recesión en ambas regiones y merma la apreciación de las posibles complementariedades. Otro problema estaría en las elevadas tasas de desempleo que afectan sobre todo a Galicia, y si estas cifras remitiesen de seguro que aumentaría la movilidad transfronteriza protagonizada por aquellas personas que buscan nuevas oportunidades de trabajo de mayor calidad.
Por otra parte estas personas también coinciden en afirmar que la fuerte despoblación y la pérdida de vitalidad demográfica, acompañadas de envejecimiento, que sufren los municipios interiores transfronterizos se convierte en una barrera a la creación de empleo en estos espacios. La solución a este problema sería la puesta en marcha de toda una serie de mecanismos laborales que consigan fijar a la población en estos lugares caracterizados por su ruralidad, para en un segundo momento fomentar la movilidad de los trabajadores hacia ellos. En la actualidad son lugares afectados por una grave crisis que podría ser superada si las políticas aplicadas fueran eficaces, y sin suprimir los elementos básicos que los identifican los dotaran de nueva funcionalidad en donde participase activamente la población local.
La recuperación de actividades y sectores tradicionales conjugados inteligentemente con otros más "modernos" a juicio de los expertos acabaría con el problema actual de la despoblación, que afecta a muchas localidades incluidas en el ámbito de este estudio, y a la vez se generarían nuevos ejes de circulación, que por otro lado se verían beneficiados por el desarrollo de las infraestructuras transversales (carreteras secundarias principalmente), que parece ser que serán llevadas a cabo con los fondos del nuevo programa INTERREG III.
En definitiva, si se consigue fijar a población joven en estas localidades, la evolución llevaría a la instalación de nuevas actividades productivas en estos lugares, a la creación de un mínimo de servicios e infraestructuras, y desde luego a un aumento de los flujos de trabajadores transfronterizos. De este modo mudaría la imagen repulsiva por una imagen de atracción que beneficiaría considerablemente a la economía de estas zonas y mejoraría la calidad de vida de sus habitantes.
Otro inconveniente relacionado con lo anterior lo tendríamos en la existencia de fuertes contrastes espaciales y de una organización territorial desequilibrada en el espacio Eures transfronterizo. Así los expertos manifiestan que no sólo existen desequilibrios entre las poblaciones del litoral, donde se concentra la mayoría de la población, y del interior, en muchos casos desertificadas, sino que también la red urbana se encuentra desequilibrada, lo que a su vez explicaría las diferencias en la capacidad para generar y consolidar empleo. En este sentido se puede comprobar como el peso económico, social, funcional y de atracción de Vigo, como espacio generador de nuevas oportunidades de empleo, no se corresponde con ninguna otra ciudad del espacio abarcado por la zona de estudio. Lo que predominan son pues las relaciones entre pequeños núcleos urbanos, mientras que las comunidades rurales interiores se encuentran separadas de todo el proceso y no reciben flujos de trabajadores al menos con una cierta asiduidad significativa.
A todo ello habría que unir la débil estructuración del territorio en el tramo final de la ribera del río Miño en Portugal, compuesto por núcleos muy pequeños y poco funcionales que lejos de atraer a posibles trabajadores las circunstancias provocan el efecto contrario, la salida de gran parte de sus efectivos de población. En definitiva, la movilidad de trabajadores en la zona transfronteriza podía en nuestros días ser mucho mayor si no contásemos con la barrera que supone el hecho de que el interior del espacio Eures se caracteriza por un escaso dinamismo socioeconómico, con excepción del caso puntual del área Verín-Chaves.
En estas zonas interiores que podríamos calificar como deprimidas la mejora de las infraestructuras viarias terrestres (apertura de autopistas fundamentalmente) podría llegar a ser más que un beneficio incluso un obstáculo a su desarrollo si no se abren vías de comunicación que faciliten un acceso a las mismas, vertebrando una red viaria que tenga en cuenta el desarrollo local y sus necesidades. La razón que dan aquellas personas expertas en estas cuestiones la tendríamos en el hecho de que el desarrollo de las mismas podría contribuir a acentuar su carácter periférico. Las vías principales ponen en conexión pues a los núcleos más dinámicos quedando los menos desarrollados relegados a un plano de menor relevancia desde todos los puntos de vista.
Refiriéndose igualmente al campo de las infraestructuras buena parte de los expertos entrevistados han detectado una traba importante al desarrollo económico global de ambas regiones en el hecho de que no se aceleren los procesos para mejorar la red ferroviaria transfronteriza. A su juicio, este obstáculo estaría provocado por la indiferencia que denotan en este sentido las autoridades políticas tanto gallegas como portuguesas, y si no se mostraran impasibles en relación con esta cuestión este obstáculo podría ser fácilmente superado a corto plazo, redundando en beneficio de una mayor movilidad y dinamismo transfronterizo, ya que de este modo los flujos tanto de trabajadores como de mercancías serían mucho más habituales y rápidos, lo que favorecería la creación de un eje de desenvolvimiento económico.
Por otro lado está comprobado como en el terreno de las accesibilidades cobran cada vez más importancia las telecomunicaciones, cuyo desarrollo permite un acceso rápido a una información necesaria. En este sentido, una barrera importantísima para el desarrollo empresarial en el espacio transfronterizo la tenemos en los altos costes que suponen las comunicaciones, pues estos se multiplican al contactar con empresas, servicios y organismos ubicados en el otro estado. La solución estaría en reducir las tarifas en estos espacios, equiparándolas con las nacionales, pues las empresas situadas en el territorio transfronterizo que tienen que tener un contacto continuo con Galicia y/o con el Norte de Portugal, ven por este motivo incrementados sus gastos de forma desmesurada, lo que en muchos casos se convierte en un verdadero problema que frena las posibilidades de nuevas implantaciones.
Otro elemento que sin duda ha contribuido a que en la actualidad la movilidad de trabajadores no haya alcanzado niveles superiores tiene que ver con la circunstancia de la tardía implantación de empresas portuguesas en Galicia, proceso que parece que en la actualidad empieza a tener consistencia, pero que en los últimos años ha sido mucho más desarrollado en la parte gallega, sobre todo porque los costes de suelo, transporte, mano de obra e imposición son mucho más reducidos. Es por ello, que el hecho de que hasta el momento fuesen pocos los empresarios portugueses que instalasen sus empresas en el espacio transfronterizo gallego ha frenado los flujos que, de otro modo, podrían haberse dirigido hacia Galicia. De cualquier manera, aquellas personas que conocen la problemática relacionada con el empleo en el ámbito transfronterizo se muestran esperanzados en que el obstáculo a la movilidad que supone esta menor presencia de Portugal a nivel empresarial sea superado relativamente pronto, pues los beneficios que seguro les reportaría la ampliación del mercado está convenciendo a muchos promotores para establecer sus empresas en esta región, a pesar de que existe un reducido interés institucional por parte de la Administración portuguesa para que estas se instalen en Galicia.
El motivo por el cual la administración no favorece esta instalación viene dado, según han manifestado los expertos, porque a su juicio estas empresas para expandirse necesitan mejorar su tecnología y Galicia no es en absoluto representativa en el mundo del adelanto tecnológico, por lo cual no conseguirían aquí beneficiarse de los conocimientos y de las aplicaciones que en esta línea tanto necesitan. De cualquier manera, la entrada en Galicia de entidades financieras lusas, firmas comerciales y corporaciones industriales comienza ya a ser una realidad que no deja de progresar a medida que avanzan los años.
Finalmente resta hacer mención a una serie de obstáculos detectados por los expertos que tiene que ver con la contratación de trabajadores transfronterizos. Por un lado estas personas han manifestado que la diferencia salarial en ambas regiones provoca que los empresarios portugueses no sean proclives a contratar a trabajadores gallegos, y por norma general sólo se deciden por estos trabajadores cuando es imprescindible una alta cualificación (caso por ejemplo de los profesionales de la salud). Por otra parte los expertos nos han confirmado como por el contrario, los empresarios españoles no tienen inconveniente en contratar a portugueses, pues ello le supone contar con trabajadores que desempeñan funciones de categoría superior a la del puesto que ocupan, por tanto se produciría un aumento del flujo de trabajadores que se desplazan en busca de mejores oportunidades de trabajo y de mejores salarios. De todos modos, la realidad nos demuestra como a veces esta opción aparece mermada por el hecho de la baja cualificación que caracteriza al trabajador portugués y por la provisionalidad en el puesto de trabajo.
La baja cualificación se convierte pues en una importante traba a la contratación y por lo tanto hasta que no sea superada será difícil que el aumento de la movilidad alcance cotas elevadas. En cuanto a la provisionalidad la experiencia demuestra como este tipo de trabajadores no tienen perspectivas de permanecer largo tiempo en el puesto de trabajo y a la vez al empresario le puede ser un inconveniente contratar cada cierto tiempo a nuevas personas que de este modo nunca se familiarizan con la dinámica de la empresa, lo que podría repercutir negativamente en la producción.
Es por ello por lo que, a juicio de los expertos, tendríamos un nuevo obstáculo a la movilidad transfronteriza en el hecho de que por norma general empresarios gallegos y portugueses son más proclives a la contratación de trabajadores locales. A medida que estos empresarios se muestren indiferentes en este sentido aumentarán los flujos de trabajadores en el espacio transfronterizo y la movilidad alcanzará más importancia de la que tiene en nuestros días.