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6. Prospectiva sobre las tendencias de empleo transfronterizo: Euro-región Galicia-Norte de Portugal

La escasez de información existente sobre empleo y mercado de trabajo en el espacio transfronterizo condiciona de forma negativa la movilidad de trabajadores que, a pesar de que ha aumentado mucho desde la entrada de España y Portugal en la Unión Europea, que implicó la aprobación del decreto de Libre Circulación de los Trabajadores, todavía está lejos de alcanzar cotas a las que han llegado hace ya algunos años otros países europeos.

Los mecanismos administrativos de búsqueda de empleo no se han adecuado todavía a esta nueva situación y no existen estudios realizados de análisis de mercado en la zona transfronteriza, lo que sin duda frena enormemente las posibilidades de movilidad en el territorio transfronterizo. Esta carencia se ha tratado de paliar con la creación de la oficina del Eures Transfronterizo en Valença do Miño y está contemplado se corrija en gran parte en el marco del nuevo programa INTERREG III, a través de la puesta en marcha de acciones que lleven a la compatibilización de los sistemas de información de los servicios públicos de empleo de Galicia y  de la Región Norte de Portugal. La demanda de información principalmente en el campo del empleo y del turismo es ya un hecho en el espacio transfronterizo y la tendencia apunta por tanto a que en futuro próximo la voluntad política se dirija a tratar de corregir definitivamente esta carencia informativa.

A pesar del problema que supone esta situación de desinformación, los flujos de mano de obra son ya un hecho en las dos regiones, acusándose una mayor movilidad desde el Norte de Portugal hacia los municipios transfronterizos de Pontevedra y Ourense. En cualquier caso, los desplazamientos de trabajadores gallegos hacia la Región Norte de Portugal han sufrido un considerable aumento principalmente en los dos últimos años  gracias a la demanda del mercado y a la dinámica de las empresas, por lo cual se confirma la tendencia al incremento de la movilidad por razones de búsqueda y mejora de empleo en las dos zonas objeto de análisis, aunque con matices bien distintos.

En los últimos años comprobamos pues como se ha ido gestando un nuevo fenómeno: empresas portuguesas que se instalan en Galicia y trabajadores gallegos que se dirigen al norte de Portugal, con lo cual nos acercamos a una situación de equiparación de los flujos impensable hace un tiempo más o menos reciente. Esta movilidad provoca toda una serie de nuevas necesidades a las que se deberán adaptar la administración gallega y portuguesa, creando los organismos y mecanismos que se precisen para resolver prioritariamente los problemas que puedan surgir al trabajador transfronterizo.

Lo que sí se observa de forma clara sin necesidad de llegar a profundizar mucho en esta cuestión, es una gran diferencia en lo referente a la cualificación de estos trabajadores, pues hacia Portugal se dirige por lo regular personal cualificado, mientras que a la inversa las personas que vienen a trabajar a Galicia se caracterizan por su baja cualificación y formación profesional. Esto se intentará superar en un futuro próximo con la creación de ofertas de Formación Profesional conjuntas en la zona transfronteriza. De estas y otras cuestiones nos han hablado las personas que por diferentes motivos hemos considerado expertas en el tema del empleo en el espacio transfronterizo, y de sus opiniones hemos podido deducir cuales serán las tendencias futuras en este campo.

Los Altos Cargos de la Administración gallega y portuguesa que forman parte de la Comunidad de Trabajo Galicia-Región Norte  de Portugal, así como otras personas que tienen competencias en este asunto y que se integran en elevadas esferas del poder central de ambos estados, los técnicos de la administración y los representantes de los principales organismos públicos y privados de los municipios transfronterizos, han plasmado en sus afirmaciones las realidades que especificamos en las siguientes líneas.

En lo referente a las medidas que tienen por finalidad fomentar la creación de empleo y la movilidad de los trabajadores en el espacio transfronterizo consideran  que es fundamental una planificación conjunta a la hora de fomentar el desarrollo de las infraestructuras. Entre otras razones argumentan que la cooperación en este sentido ya viene impuesta en gran parte, pues la financiación se hace principalmente con fondos europeos destinados al desarrollo de las infraestructuras de las dos regiones (programas INTERREG fundamentalmente) y los beneficios de estas inversiones afectarían también a ambas. De todas formas, lo que nos confirman las personas entrevistadas es que sin embargo hasta el momento el éxito en la red de carreteras se debe a una inteligente gestión individual de cada uno de los estados. No ha ocurrido lo mismo con los puentes que sí son objeto de una planificación conjunta y las obras están supervisadas por unas comisiones mixtas de control. En definitiva, las infraestructuras han permitido un aumento de la cooperación y de las relaciones entre ambas regiones y una muestra de esto la tenemos en la materialización de la autopista Braga-Valença que se proyectó para facilitar el tráfico con Galicia y que fue la primera autopista que Portugal inauguró hacia España, lo que sin duda prueba la importancia laboral y comercial de esta relación.

En un futuro próximo y en el marco de desarrollo del programa INTERREG III, lo que se contempla como prioritario para favorecer la movilidad de mercancías y trabajadores es mejorar las estructuras ferroviarias y los trenes de ambas regiones, acometer la construcción de las carreteras transversales hacia la autovía y terminar el eje que discurre paralelo al río Miño. Con el tiempo todas las posibles actuaciones que tengan proyectando realizarse se harán obligatoriamente conjuntamente, lo cual traerá también consigo un aumento del número de trabajadores transfronterizos.

Al facilitarse las condiciones de movilidad tanto desde el punto de vista jurídico (Libre Circulación) como por el considerable desarrollo de las infraestructuras en los últimos años, los flujos han aumentado (aunque no de forma desmesurada) y por ello se registran cada vez un mayor número de afiliaciones a la Seguridad Social y de contratos laborales firmados por trabajadores transfronterizos que, por otro lado, se están beneficiando cada vez más del proceso de afloramiento de la economía sumergida. De seguir en esta línea la discriminación que muchos trabajadores padecen en la actualidad se difuminaría a la vez que mejorasen sus condiciones laborales. Al mismo tiempo lo que se producirían también son más reclamaciones, pues el trabajador transfronterizo que está sin contrato o el que no tiene apenas formación acusa un gran desconocimiento tanto de los derechos como de los mecanismos de reclamación ante situaciones desfavorables o discriminatorias, e incluso desconoce las peculiaridades que van asociadas a su particular condición de trabajador transfronterizo. De cualquier manera, la temporalidad que caracteriza fundamentalmente a las contrataciones de trabajadores portugueses en Galicia dificulta también la actuación de las Inspecciones de Trabajo, pues desde el momento que detectan el problema hasta que se materializa el control transcurre un plazo más o menos largo, y por lo tanto es posible que en ese momento ya los trabajadores no se encuentren contratados.

Con las afirmaciones anteriores los expertos no quieren decir que el trabajo clandestino halla dejado de ser significativo en estas zonas, sino que más bien consideran que todavía tiene un peso muy importante. Lo que sí nos han indicado es que las Universidades gallegas, a petición del Consello Galego de Relacións Laborais, se encargarán próximamente de la elaboración de un proyecto sobre economía sumergida que sin duda proporcionará importantes datos que permitirán controlar un poco mejor esta situación que se caracteriza por su opacidad.

Por otro lado, la calidad de los contratos hechos a personas que desenvuelven su actividad en el espacio transfronterizo es en ocasiones puesta en duda, principalmente los firmados por portugueses que trabajan en Galicia, pues en un gran número de casos se caracterizan por su temporalidad y precariedad (a pesar de que por norma general el trabajador portugués que viene a trabajar a Galicia es poco conflictivo y se caracteriza por su comportamiento positivo hacia el trabajo). A la inversa no sucede lo mismo, puesto que por lo general, los gallegos que trabajan en Portugal disfrutan de buenas condiciones laborales en consonancia con su elevada cualificación. En cuanto a los trámites a seguir a la hora de contratar a un trabajador transfronterizo todos los expertos han coincidido en afirmar que no son muy dificultosos y en ningún caso supondrían una barrera a la contratación, pues son prácticamente los mismos que debe realizar un trabajador natural del propio estado. La mayoría de los contratos firmados en ambas partes en los últimos años (principalmente los de los trabajadores transfronterizos portugueses) se incluyen en la categoría de “obra y servicio”.

En lo que sí han detectado un problema las personas entrevistadas es en el hecho de que los sistemas de la Seguridad Social de los dos estados no cuenten con un servicio de cruce de datos, pues como ellos mismos nos han confirmado una persona de Valença do Miño puede trabajar en Tui y cobrar la prestación por desempleo en su país sin que la Seguridad Social portuguesa lo detecte. Es por esto que urge una coordinación en este sentido entre los dos sistemas nacionales, pues de lo contrario podrían verse incrementadas este tipo de situaciones irregulares y fraudulentas. Por otra parte, los más altos cargos de la Seguridad Social de la Región Norte de Portugal consideran que sería más práctico que en lo referente a las cotizaciones los trabajadores transfronterizos cubriesen un único formulario específico para su categoría, pues en el momento actual tienen que ser cumplimentados dos modelos y  se detectan ciertos problemas  para ello. En relación con las prestaciones, los representantes de las dos regiones consideran que el principal problema es la enorme desinformación que el trabajador transfronterizo tiene sobre sus derechos, y en muchos casos la primera información relativa a esta materia la busca una vez que ya ha firmado su contrato laboral. Esta tendencia es más acusada en las personas de menor cualificación. Este problema de desinformación o más bien de descoordinación se da también entre las administraciones de la Seguridad Social de los dos estados y hasta incluso dentro de las dependencias de cada uno de ellos, teniendo dificultades los técnicos que se encuentran con los problemas para comunicarlos con agilidad a los niveles más altos, lo que conlleva una demora manifiesta en el diseño y aplicación de soluciones a los mismos.

En lo referente a la situación fiscal del trabajador transfronterizo los problemas son mínimos y quizás el más representativo pudiera ser el de la carencia de información. Es por esta razón por lo que hasta el momento no se ha considerado necesario implantar servicios específicos para cubrir las necesidades de estos trabajadores. Si la persona trabaja en el país vecino pero no pernocta en él está obligado a tributar en su país de origen, y si por el contrario el número de pernoctaciones es superior a ciento ochenta y tres días entonces su condición fiscal es la misma que la de un trabajador nacional. En general podemos decir que las personas expertas en materia fiscal hacen una valoración positiva de la evolución de la fiscalidad considerando que los cambios operados en los últimos años son favorables a la libre circulación de los trabajadores.

Por otra parte, todos los entrevistados han observado como al mismo tiempo que aumentan los flujos de trabajadores transfronterizos aumentan también los empresarios que invierten su capital en la instalación de empresas en el otro estado, lo que muchas veces arrastra a los cuadros directivos y títulos medios del país de origen. Lo que no suele ocurrir es que se lleve también al obrero no cualificado, pues al empresario le interesa implicar a la población local tanto por la imagen de la empresa como por el hecho de garantizar una cierta continuidad temporal en la mano de obra. En definitiva, por norma general el empresario busca trabajadores que coincidan con el perfil de su empresa y le es indiferente que sean de uno u otro estado siempre que cumplan con su trabajo. Donde si se registra una cierta preferencia por parte de los empresarios es en los puestos de responsabilidad que por norma general se reservan a personas que son del mismo estado que la titularidad de la empresa. Es decir, si la empresa es portuguesa a portugueses y si la empresa es gallega a gallegos.

Hasta el momento es mucho más importante el número de empresas gallegas establecidas en el norte de Portugal que portuguesas en las provincias del sur de Galicia, y parece ser que aunque en un principio las inversiones eran exclusivas de cada parte, ahora empiezan a producirse procesos de acercamiento por la necesidad de ganar dimensión. Esta nueva tendencia favorecería especialmente a las empresas gallegas que de este modo se beneficiarían tanto de contar con un mercado próximo y afín como de la mayor proyección de cara al exterior que distingue a las empresas portuguesas (mejor conocimiento del mercado anglosajón, norteafricano...) y que se vincula con su pasado colonial.

Las razones de esta mayor implantación de empresas gallegas no habría que buscarla en este caso en motivaciones de afinidad cultural pues la empresa se mueve por oportunidades de negocio y no por sentimientos. El motivo fundamental habría que buscarlo principalmente en las buenas perspectivas de negocio y en la diferencia de costes laborales, pues en el país vecino es más barato el suelo y la mano de obra, y el sistema arancelario y los costes de transporte son mucho más ventajosos. Además la Consellería de Economía e Facenda a través del IGAPE concede subvenciones a fondo perdido y créditos a aquellas empresas que se instalen en Portugal, facilitando de este modo la movilidad tanto de empresarios como de trabajadores. Este organismo proporciona también una amplia información sobre condiciones de instalación y mercado de trabajo, tanto a los empresarios gallegos que estén interesados en instalarse en Portugal como a los portugueses que deseen establecer aquí sus empresas. Otro motivo que favorece la instalación de empresas en el espacio transfronterizo es que el programa INTERREG destina un fondo de dos mil millones de escudos a apoyar las iniciativas de las empresas instaladas en territorio transfronterizo. Este fondo es administrado por SODIGA en Galicia y por un organismo similar en Portugal. Otra de las razones que han provocado esta importante instalación de empresas de titularidad gallega en esta zona portuguesa viene dada por el enorme crecimiento económico que el norte de Portugal ha experimentado en los últimos tiempos y consecuentemente por el aumento de sus patrones de consumo.

De cualquier modo la realidad nos demuestra que el sector empresarial y el industrial se están desarrollando considerablemente en el norte de Portugal y cada vez será mayor el número de empresas portuguesas que se instalen en Galicia y el número de industrias que atraigan hacia Portugal trabajadores gallegos. De hecho esto ya está sucediendo y cada vez es más frecuente ver polígonos como el de Vilanova de Cerveira donde se están implantando cada día nuevas empresas de titularidad gallega y trabajadores gallegos que desempeñan su actividad en las empresas del norte de Portugal, pues hay que tener en cuenta que en esta zona se localizan el 70% de las pymes portuguesas. Todo esto harán de Galicia y la Región Norte de Portugal una Euro-región más competitiva de cara al mercado exterior, lo que sin duda alguna repercutirá en la generación de nuevos y mejores empleos y en una mejor calidad de vida de los trabajadores transfronterizos.

Mapa 10. Flujos de trabajadores transfronterizos

Fuente: INTERREG II. Elaboración propia.

De cualquier manera la mayoría de los expertos piensan que, a pesar de que Portugal progresa aceleradamente, en el futuro próximo seguirá siendo mucho mayor el número de empresas gallegas instaladas en el norte de este país que a la inversa, y la razón que argumentan para defender esta hipótesis es muy simple. Se basaría en que el que empieza antes tiene más futuro (caso de Madrid, País Vasco,...) y Portugal ha tenido una penetración más tardía, por tanto a juicio de los entendidos se prevé una implantación más lenta. En el momento actual la balanza comercial es considerablemente más favorable a la región gallega.

En relación al coste de mano de obra hemos comprobado como aunque la situación tiende a igualarse todavía es más barata en Portugal. Hay una desarmonización real de incentivos, pues el salario mínimo español supera en casi veinte mil pesetas al salario mínimo portugués. Es por esta razón por lo que las personas menos cualificadas que residen en una localidad transfronteriza prefieren trabajar en Galicia, a pesar de que la tasa de desempleo en el norte de Portugal es casi cuatro veces más baja que la de la región gallega. Aunque sus condiciones laborales no sean muy buenas siempre van a cobrar más que en Portugal y las cotizaciones a la Seguridad Social y las prestaciones por desempleo son superiores. Esto no afectaría prácticamente a la tasa de desempleo gallega, pues estas personas realizan por lo general una serie de trabajos precarios que los gallegos no aceptarían por el salario que ellos perciben. Al empresario gallego esta situación le favorece pues le permite ahorrar costes, aunque como hemos subrayado la evolución iría en la línea de abogar por una cierta calidad en la producción aún a costa de un aumento de los costes de mano de obra. Esta tendencia responde a que hoy en día las pymes, tanto gallegas como portuguesas, están más profesionalizadas y ya existe una cierta preocupación por hacer un análisis de futuro. Debido a razones de competitividad las inversiones son más estudiadas y no prevalecen como primordiales los criterios de abaratamiento de la mano de obra.

La principal motivación pues que moviliza hacia Galicia a los trabajadores portugueses es el aumento salarial, mientras que a la inversa el trabajador gallego busca en el norte de Portugal un puesto de trabajo que en Galicia no encuentra por existir una muy elevada tasa de desempleo, que afecta de modo especial a las personas que cuentan con un cierto nivel de cualificación. En relación con esto alguno de los expertos entrevistados ha opinado que aquí está la razón de que las autoridades gallegas no se preocupen con más decisión en fomentar la movilidad de los trabajadores. Es decir, la prioridad estaría en reducir las tasas de desempleo en la comunidad autónoma y una vez conseguido esto ya se podrían dirigir los esfuerzos a fomentar la movilidad transfronteriza, que por otro lado al existir pleno empleo está comprobado que ya se incrementaría por sí misma. De cualquier modo contra esta opinión se han manifestado la mayoría de los miembros de la Comunidad de Trabajo GRNP, pues consideran que realmente se está poniendo mucho empeño en el desarrollo de los mecanismos que faciliten la movilidad y favorezcan la creación de empleo en los municipios transfronterizos (flexibilidad en la aplicación de la legislación, facilidades para la implantación de empresas, desarrollo de las infraestructuras, aumento de la información laboral,...). Consideran pues los miembros de estas comisiones que no es necesario esperar a lograr una situación óptima en cuanto al empleo para empezar a favorecer la movilidad, pues también la situación inversa podría contribuir tanto a aumentar el número de puestos de trabajo como a mejorar la calidad de los mismos.  Aseguran que la realidad demuestra que este modelo está funcionando y además de comprobarlo en la práctica de las dos regiones su operatividad queda manifiesta en que ya se está exportando a otras zonas de latinoamérica.

Todas estas empresas ubicadas en suelo transfronterizo disfrutan también de los incentivos a la creación de empleo que las administraciones públicas destinan para este fin, siendo totalmente indiferente que la empresa sea de titularidad gallega o portuguesa. El motivo de estas acciones es que se persigue un objetivo común: creación de más puestos de trabajo en el espacio transfronterizo y creación de mercados domésticos amplios para ser más competitivos en el nuevo contexto europeo.

Un elemento que afecta a la posible movilidad transfronteriza es el de la formación, terreno este que hasta el momento ha mantenido discriminado al trabajador transfronterizo. En este sentido y con objeto de paliar esta carencia, los expertos abogan por el establecimiento de titulaciones conjuntas tanto a nivel de formación profesional como universitario y por el aumento de los intercambios que ya se están produciendo entre profesores y estudiantes, pues esto determinará que en un futuro la cualificación y formación de los trabajadores sea similar y por tanto tengan las mismas oportunidades laborales en el ámbito transfronterizo. Otra medida que ya se está poniendo en práctica en los colegios de los municipios transfronterizos consiste en la implantación de una nueva asignatura de lengua y cultura portuguesa, el motivo es que de esta manera los posibles futuros trabajadores transfronterizos se familiaricen y conozcan mejor el ámbito donde es posible que algún día desenvuelvan su actividad laboral.

Donde sí detectan los entrevistados un grave obstáculo en esta misma línea es en lo referente a la homologación de titulaciones, pues la lentitud en el reconocimiento de las mismas frena la movilidad transfronteriza. Este retraso se debe en gran parte a que para el reconocimiento de la homologación debe existir un acuerdo entre los Ministerios de Educación y de Asuntos Exteriores de ambos estados, pues en el caso gallego existe el inconveniente añadido de que estas competencias no están transferidas a la comunidad autónoma. La gran mayoría de los entrevistados consideran que pronto se solucionará esta cuestión pues parece ser que los políticos están más concienciados de la importancia futura que en el campo del empleo puede tener la resolución rápida y eficaz de este asunto.

En lo referente a las relaciones humanas en el contexto del trabajo la opinión unánime por parte de las personas que fueron consultadas nos señala que no existe una discriminación real por parte de portugueses a gallegos y viceversa, sino que lo que se manifiesta es una rivalidad propia de los espacios vecinos. Consideran que a igual cualificación existen iguales oportunidades de trabajo, y personas con más y menos cualificación existen en ambas partes, lo que ocurre es que las localidades transfronterizas gallegas son un foco de atracción para las personas portuguesas que no tienen apenas formación únicamente por motivos salariales. Opinan por tanto los expertos que si los salarios fueran mayores en Portugal que en Galicia, el trasvase de población no cualificada sería a la inversa (de la región gallega hacia la región norte de Portugal). En definitiva se comprueba como cada vez el trato es más igualitario, lo que sin duda depende fundamentalmente de la educación.

En lo referente a las opiniones que sobre las anteriores cuestiones manifestaron tanto dirigentes como representantes de las principales Asociaciones Empresariales de las dos regiones analizadas y en especial las ubicadas en los municipios transfronterizos, observamos una similitud de criterios con los expuestos anteriormente, aunque en ocasiones hemos apreciado ciertas matizaciones que reflejamos a continuación.

A pesar del grave problema que supone la falta de información lo que sí resaltan todas las personas consultadas es la mejora de las condiciones a la movilidad transfronteriza, pero hacen hincapié en que el éxito no reside únicamente en el hecho de que se halla incrementado el número de trabajadores transfronterizos o de empresas establecidas en ambos lados, sino que también se materializa en el fortalecimiento de los lazos entre personas y asociaciones. Para ello creen que ha influido de manera especial el factor proximidad porque esto implica una necesidad de los mismos servicios e infraestructuras, y afirman que de seguir en esta línea la tendencia nos llevaría a una extensión en la relación, es decir que una persona de Coruña o de Lugo tuviese también oportunidades laborales en Portugal y esto se llegase a percibir como algo natural, y por tanto se ampliase el espacio que hoy consideramos transfronterizo. Para que esto se materialice los expertos consultados consideran que es absolutamente necesario superar la carencia informativa, pues hoy en día una persona de Ourense o Pontevedra o incluso de algún municipio transfronterizo español o portugués, que busque trabajo en Portugal se puede informar de la posible oferta existente casi únicamente por compañeros del sector. Lo mismo le ocurre por norma general al empresario, que se encuentra desatendido y desinformado para poder solventar sus necesidades de mano de obra.

Junto al problema informativo una barrera importante a la movilidad la marcarían también las dificultades reales en lo referente a la homologación de titulaciones y especialidades. Según los responsables de las asociaciones empresariales no existen todavía iniciativas que aceleren el proceso de equiparación y esto dificulta el trasvase de trabajadores cualificados de una región hacia otra. Sin embargo, a pesar de todo esto aseguran que el trabajador transfronterizo lleva camino de dejar de ser atípico y cada vez son más las empresas en las que hay trabajadores del país vecino que se encuentran satisfechos con su trabajo y en su trabajo.

La tendencia general en cuanto a los salarios de los trabajadores gallegos y portugueses es que tiendan a igualarse pero de momento todavía existe una diferencia significativa (los de los portugueses son más bajos) y principalmente el gran empresario que busca abaratar costes se aprovecha un poco de esta situación, optando por el trabajador portugués que le resulta más rentable y que contribuirá a abaratar el precio del producto final. De cualquier manera las empresas que se instalan en el territorio transfronterizo cada día más tratan de insertarse en una dinámica de exportación y en este sentido miran más la cualificación que los salarios.

Otro elemento que será determinante para la elección de trabajadores de uno u otro estado tiene que ver con la temporalidad en el puesto. Por norma general el empresario preferirá trabajadores que sean originarios del lugar donde esté ubicada la empresa (si está en Galicia gallegos y si está en Portugal portugueses) pues la inversión dedicada a la formación del trabajador es posible que se pierda si este tiene vínculos familiares o personales en el otro estado, ya que lo normal es que se dirija hacia él en el momento en que allí le surja una oferta laboral similar. Por otro lado los expertos también están de acuerdo en que las relaciones económicas entre las dos regiones son fructíferas, relaciones estas que favorecerá todavía más la llegada del Euro que a su vez limará las diferencias salariales, con lo cual gallegos y portugueses estarán en igualdad de condiciones y el principal elemento para optar a un puesto de trabajo será definitivamente la cualificación.

Al reducirse las distancias en el aspecto salarial y al aumentar la cualificación media del trabajador portugués que ya se está empezando a percibir, los expertos aseguran que mejorarán también las relaciones interpersonales entre portugueses y gallegos. Cada vez son pues menores las diferencias y cada vez es menor también la sensación de pertenecer a un espacio diferente, y de hecho ya se observa como personas que hacen turismo en este espacio no tienen conciencia de estar disfrutando de su tiempo de ocio en un país extranjero. Esto se denota también en el día a día y así por ejemplo observamos como los portugueses que residen en las localidades transfronterizas vienen a Vigo a hacer compras con más naturalidad que lo hacen a Porto y muchos vigueses hacen sus compras en Valença con frecuencia y como algo normal.

Entre las acciones que está previsto que se emprendan por parte de las asociaciones empresariales en el territorio transfronterizo que beneficiarían principalmente a las empresas de ambos lados está la apertura de un centro de servicios transfronterizo cuya finalidad será dar más facilidades a los empresarios establecidos en este espacio. Observamos así como poco a poco se ponen en marcha los mecanismos que hagan la vida más fácil y contribuyan a aminorar las dificultades de las personas que residan o trabajen en este peculiar espacio. Las empresas de titularidad gallega y portuguesa que están instalándose con más fuerza en el territorio transfronterizo y que sin duda son las protagonistas de la dinamización en este espacio, son las que se integran en los sectores siguientes: textil, pizarra granito, muebles, confección, construcción, metalurgia y de servicios en general, y en ambas partes lo que predomina es la PYME. Resulta también muy llamativo el incremento de las ofertas de empleo para médicos y enfermeros gallegos que cada vez con más frecuencia se dirigen a Portugal, pero en este sentido también los expertos coinciden en afirmar que la movilidad de estos profesionales no sería significativa si tuviesen ofertas de empleo similares en la región gallega.

Los representantes y dirigentes de las principales organizaciones sindicales localizadas en el ámbito transfronterizo están de acuerdo en afirmar que la movilidad de trabajadores entre ambas regiones aumenta día a día pero consideran que esta sería mucho mayor si estuviéramos tanto gallegos como portugueses en un estadio superior de bonanza económica. Es decir, si la situación socioeconómica de ambas regiones fuera muy favorable y por lo tanto hubiese una situación de pleno empleo los trabajadores se moverían mucho más motivados por una búsqueda de mejores condiciones en sus puestos de trabajo, a pesar de que hay que tener en cuenta que tanto en Galicia como en Portugal las personas están muy vinculadas a su territorio y esto supondría una dificultad añadida al proceso de movilidad. Hoy en día los representantes de los grupos sindicales consideran que el trabajador que se desplaza lo hace por la necesidad de conseguir un puesto de trabajo y es excepcional el que lo hace con objeto de incorporarse a uno de mejores condiciones que el que ya tiene.

En lo referente a las condiciones del puesto de trabajo y a las relaciones personales con los integrantes de las localidades donde el trabajador transfronterizo ejerce su actividad encontramos opiniones diferenciadas formuladas por parte de los sindicalistas. Así, unos opinan que como norma general no existe discriminación del trabajador transfronterizo y que sus condiciones laborales van a depender primordialmente de su cualificación, mientras que otros afirman que este tipo de trabajador está muy discriminado y sumamente explotado por el empresario que en gran número de casos y a pesar de que desempeñan los trabajos más duros y peor pagados incluso no lo tiene contratado. Además los que apoyan esta segunda opinión afirman también que el trabajador transfronterizo tiene más dificultades para ascender en el puesto de trabajo y sufre una cierta discriminación a la hora de acceder a los servicios educativos y sanitarios. De cualquier modo unos y otros coinciden en afirmar que esta situación parece que ya comienza a remitir a medida que los trabajadores (principalmente los portugueses) se preocupan más por su formación y cualificación y consideran culpable a la administración de no esforzarse más por hacer que se cumpla la normativa laboral y por que se den unas condiciones más igualitarias.

A diferencia de los grupos anteriores (representantes de la administración y organizaciones de empresarios) los miembros de las organizaciones sindicales creen que todavía en la contratación de trabajadores transfronterizos influye de forma determinante el salario. No dudan sin embargo en que la competitividad que el mercado europeo exige a las empresas de estas dos regiones haga mudar esta tendencia, pero hasta el momento el salario que las personas estén dispuestas a cobrar por la realización de un trabajo es un factor decisivo en la obtención del puesto, pues a opinión de los entrevistados el empresario aún se caracteriza por su afán explotador y sino fuera porque ahorra costes preferiría siempre a un trabajador nacional que le evitaría los problemas de la temporalidad.

A su juicio la importancia concedida al aspecto salarial se reflejaría principalmente en aquellos grupos de población que desenvuelven los trabajos más bajos que exigen poca formación y que por lo general ocupan portugueses que trabajan en municipios transfronterizos gallegos, pues los españoles que desarrollan su actividad laboral en el norte de Portugal se localizan en puestos de mayor calidad donde es más determinante el grado de cualificación que los criterios salariales. A consecuencia de esto consideran que el grado de integración de los españoles en la vida social de los municipios donde trabajan es por lo general también mayor.

En relación con la información sobre oportunidades de trabajo en los municipios transfronterizos afirman los representantes de este grupo que, a pesar de que todavía queda mucho por hacer, ya se han dado grandes pasos. Los canales que divulgan este tipo de información a su juicio serían las oficinas de empleo de los municipios transfronterizos, los gremios de trabajadores y los sindicatos. Los contactos en este sentido entre las fuerzas sindicales de ambas regiones afirman que son cada vez más constantes y fluidos.

La información que sobre las tendencias en el empleo y movilidad en el espacio transfronterizo nos han proporcionado los investigadores universitarios de ambos estados que han estudiado este tema coinciden básicamente con la aportada por los integrantes de los restantes grupos entrevistados. Para ellos la movilidad en estos espacios es ya un hecho, favorecido por la entrada en la Unión Europea, que forma parte de la vida cotidiana de estas localidades y la tendencia es que esta se incremente toda vez que se superen los problemas de coordinación entre las administraciones gallega y portuguesa. La administración portuguesa está muy centralizada y la gallega muy descentralizada, es por ello que surgen problemas de simetría que urge solucionar para acabar con esta situación de latente descoordinación. Esta movilidad de trabajadores se produce gracias al fenómeno anterior de movimiento de capitales que provoca de forma directa la aparición de estos movimientos pendulares en los que el idioma más que una barrera se perfila como un importante elemento de unión.

Se produce pues de esta manera una dinamización territorial transfronteriza que está favorecida por el número de empresas que se instalan en ambas regiones, que empiezan a tener de este modo ya no sólo un contacto directo sino también objetivos comunes. Entre ellos estos expertos destacarían la preocupación conjunta por ser más competitivos en el mercado exterior. En este sentido Galicia puede aprovecharse de la mayor experiencia portuguesa pues tradicionalmente Portugal ha hecho más inversiones en el extranjero. Esto se debería fundamentalmente a razones políticas, pues al ser un estado independiente ha tenido más facilidades en este sentido que Galicia, que hasta hace pocos años tenía una gran dependencia en estas cuestiones del estado español.

Esta dinamización transfronteriza provoca en primera instancia un movimiento de trabajadores, aumentando por tanto el número de contrataciones en ambas regiones, favorecidas por el cambio jurídico que facilita la circulación de trabajadores contratados. La diferencia se apreciaría más que en el número de nuevos contratos en la calidad de los mismos. Los portugueses que desenvuelven su actividad en los municipios transfronterizos gallegos se caracterizan por regla general por una falta de cualificación en vías de ser superada, pero por el momento lo que provoca esta carencia formativa es que se juegue mucho con los tiempos parciales y por lo general sus condiciones laborales son un 25% más bajas que las de un trabajador gallego, sintiéndose por esta razón el trabajador portugués menos integrado que el gallego que va al norte de Portugal a cubrir puestos de mayor relevancia. De cualquier modo y aunque esta sea la situación real la evolución ya está proporcionando una mejor imagen del trabajador portugués y de ello se está dando cuenta el empresario provocando la aparición de una situación de indiferencia a la hora de contratar a trabajadores gallegos o portugueses.

Definición de Tendencias:

Aumento de la información dirigida fundamentalmente a empresarios y a trabajadores transfronterizos reales y potenciales.

Aumento de los flujos de circulación de trabajadores en ambas de direcciones: hacia los municipios transfronterizos gallegos y portugueses. Se evoluciona hacia una equiparación de los mismos.

Evolución hacia una mayor cualificación y formación del trabajador transfronterizo portugués.

Creación de ofertas de formación profesional conjuntas en la zona transfronteriza.

Aceleración de los procesos de equiparación de especialidades y homologación de titulaciones.

Fortalecimiento de los lazos personales y profesionales en el espacio transfronterizo.

Planificación conjunta en materia de creación y desarrollo de nuevas infraestructuras.

Mejora de las infraestructuras ferroviarias y de los trenes, y construcción de carreteras transversales.

Aumento de la cooperación con objeto de establecer medidas que incentiven la movilidad y el empleo en este espacio.

Incremento de la circulación de mercancías en el espacio transfronterizo.

Afloramiento de la economía sumergida y aumento de la investigación relativa al trabajo clandestino.

Aumento de contrataciones a trabajadores transfronterizos.

Mejora en la calidad y condiciones de los contratos hechos a trabajadores transfronterizos (principalmente los firmados por portugueses que trabajen en Galicia).

Mejores condiciones laborales para el trabajador transfronterizo.

Mejora de las relaciones interpersonales entre portugueses y gallegos.

Mayor integración del trabajador transfronterizo en la vida social del municipio donde desenvuelve su actividad laboral.

Aumento de la cualificación del trabajador portugués que desenvuelve su actividad en el espacio transfronterizo.

Retroceso de la discriminación que actualmente sufren los trabajadores transfronterizos con menor cualificación.

Mejor conocimiento por parte del trabajador transfronterizo de sus derechos y aumento de las reclamaciones ante la aparición de situaciones irregulares.

Incremento de los contactos entre las fuerzas sindicales de ambas regiones.

Mayor coordinación entre los servicios de la Seguridad Social gallegos y portugueses.

Mayor implantación empresarial en el espacio transfronterizo (principalmente empresas gallegas).

Aumento del interés del empresario por implicar a la población local.

Mayor indiferencia del empresario a la hora de contratar a un trabajador transfronterizo.

Prevalecimiento de los criterios de cualificación sobre los salariales a la hora de contratar a un trabajador transfronterizo.

Acercamiento de las empresas de diferente titularidad que comparten espacio en las localidades transfronterizas con objeto de ganar dimensión.

Aumento de las subvenciones y ayudas en ambos estados tanto para la instalación de nuevas empresas como para incentivar la contratación de mano de obra.

Aumento de la profesionalización de las pymes situadas en el espacio transfronterizo.

Incremento de los contactos entre empresas que se instalan en territorio transfronterizo y que persiguen objetivos comunes.

Aumento de la calidad de vida en el espacio transfronterizo.

Mayor preocupación por la ampliación del mercado para ser más competitivos en el contexto europeo.

Disolución de la percepción del espacio transfronterizo como un espacio diferente.

Desaparición de la caracterización de “atípico” del trabajador transfronterizo.

Crecimiento económico acelerado del norte de Portugal y aumento de sus patrones de consumo.

Ampliación territorial del espacio considerado transfronterizo.